todavía con las luces sobre la ciudad,
despunta el día y luce el brillo de la luna llena.
Quince minutos más tarde:
La luna parece un un espejo resplandeciente frente a los primeros rayos del sol.
Y otros quince minutos después, ya en plena luz del día, la luna y el sol se saludan sobre la ciudad pintando el cielo de rosa bajo las nubes aún blancas.
Merece la pena contar los días para la luna llena, y volver a levantarse a esperar el encuentro.
Y otros quince minutos después, ya en plena luz del día, la luna y el sol se saludan sobre la ciudad pintando el cielo de rosa bajo las nubes aún blancas.
Merece la pena contar los días para la luna llena, y volver a levantarse a esperar el encuentro.